Todos experimentamos periódicamente miedo y ansiedad. El miedo es una respuesta emocional, física y conductual ante una amenaza externa inmediatamente reconocible (p. ej., un intruso, un auto que pierde control sobre hielo). La ansiedad es un estado emocional estresante y displacentero que provoca un sentimiento de nerviosismo y desasosiego, y sus causas no están claras. La ansiedad está menos vinculada al momento exacto en el que se produce la amenaza y puede ser anticipatoria, antes de la amenaza, persistir cuando ya ha pasado u ocurrir sin una amenaza identificable. A menudo, la ansiedad se acompaña de cambios físicos y conductuales similares a los que provoca el miedo.

Un cierto grado de ansiedad es adaptaivo y ayuda a las personas a prepararse, practicar y ensayar para mejorar su funcionamiento y en la toma de las precauciones apropiadas en situaciones potencialmente peligrosas. Sin embargo, más allá de un determinado nivel, la ansiedad provoca disfunción y una angustia excesiva. En ese momento, se trata de un problema no adaptativo y se considera un trastorno.

La ansiedad aparece en una amplia variedad de trastornos físicos y mentales, y es el síntoma predominante en varios de ellos. Los trastornos por ansiedad son más frecuentes que cualquier otra clase de trastorno psiquiátrico. Sin embargo, a menudo no se reconocen y, en consecuencia, no se tratan. Una ansiedad crónica con inadaptación que no recibe tratamiento puede contribuir con otros trastornos médicos generales o interferir en su mejoría.

La aflicción inmediata o posterior al haber sufrido o presenciado un evento traumático abrumador ya no se clasifica como un trastorno de ansiedad. Actualmente tales trastornos se clasifican como trastornos relacionados con traumas y trastornos relacionados con factores de estrés.

Etiología

Las causas de los trastornos de ansiedad no se conocen bien, pero participan factores tanto psiquiátricos como clínicos generales. Muchas personas desarrollan crisis de ansiedad sin que haya un antecedente identificable que las desencadene. La ansiedad puede ser una respuesta a factores estresantes ambientales, como la finalización de una relación importante o la exposición a un desastre que pone en peligro la vida.

Algunos trastornos médicos generales pueden producir directamente ansiedad; ellos incluyen:

Hipertiroidismo

Insuficiencia cardíaca

Arritmias

Asma

Enfermedad pulmonar obstructiva crónica

Varios fármacos pueden producir ansiedad. Los corticosteroides, la cocaína, las anfetaminas y la cafeína pueden causar directamente síntomas de ansiedad, mientras que la abstinencia de alcohol, sedantes y algunas sustancias ilícitas también pueden provocar ansiedad.

Signos y síntomas

La ansiedad puede aparecer bruscamente, como sucede en el pánico, o de manera gradual a lo largo de muchos minutos, horas o días. Puede durar de unos segundos a años, aunque una persistencia prolongada es más característica de los trastornos de ansiedad. La ansiedad varía desde un leve resquemor a un pánico intenso. La capacidad para tolerar un nivel dado de ansiedad es variable en cada persona.

Los trastornos de ansiedad pueden ser tan angustiantes y perturbadores que pueden llevar a la depresión. También pueden coexistir un trastorno de ansiedad con uno depresivo, o la depresión aparecer primero y después los signos y síntomas de un trastorno de ansiedad.

Diagnóstico

Exclusión de otras causas

Evaluación de la intensidad

Decidir cuándo la ansiedad es tan dominante o grave que constituye un trastorno depende de varios factores, y los médicos no están de acuerdo en el punto en que se establece este diagnóstico.

En primer lugar deben determinar, según la anamnesis, el examen físico y los estudios de laboratorio apropiados, si la ansiedad se debe a un trastorno médico general o fármacos. También deben determinar si existe otro trastorno mental que la justifique.

Un trastorno de ansiedad se presenta y merece tratamiento siempre que:

  • No se identifican otras causas.
  • La ansiedad es muy angustiante.
  • La ansiedad interfiere con el funcionamiento.
  • La ansiedad no se detiene espontáneamente a los pocos días.

El diagnóstico de un trastorno de ansiedad específico se basa en sus signos y síntomas característicos. Habitualmente, los médicos utilizan criterios específicos del Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, quinta edición (DSM-5), que describe los síntomas específicos y exige la exclusión de otras causas de los síntomas.

Los antecedentes familiares de trastornos de ansiedad ayudan a establecer el diagnóstico porque algunos pacientes parecen heredar una predisposición a padecer los mismos trastornos de ansiedad que tienen sus familiares, además de manifestar la susceptibilidad general a otros trastornos de este tipo. Sin embargo, parece que en algunos casos se adquieren los mismos trastornos a través de un comportamiento aprendido.

Tratamiento

  • Psicoterapia específica para el trastorno
  • Medicamentos (benzodiacepinas, ISRS)

Ataque de Pánico

Síntomas de un ataque de Pánico

Los síntomas se presentan de manera intempestiva y sin causa aparente.

El corazón empieza a latir, (palpitaciones), hay dolor de pecho, dificultad para respirar, sensación de miedo y muerte, palpitaciones rápidas o violentas, vértigo, mareo, náusea, cosquilleo o entumecimiento en las manos, sofoco o escalofrío, sensación de estar soñando o deformación de percepción, terror sentir que algo horrible va a pasar y que no se puede evitar, miedo de perder el control y vergüenza, en síntesis miedo de morir.

Por lo general, un ataque de pánico dura varios minutos. Casi todos los que sufren un ataque sufrirán otros más. Cuando una persona sufre continuos ataques o siente una fuerte ansiedad por miedo a tener otro ataque, se dice que sufre trastorno de pánico.

¿Cuál es el tratamiento para un trastorno de pánico?

Existen varios tratamientos disponibles incluyendo diferentes medicamentos eficaces y distintas clases de psicoterapia.

Frecuentemente, una combinación de psicoterapia y medicamentos da buen resultado en más o menos corto tiempo. Por lo tanto, un tratamiento adecuado para el trastorno de pánico puede prevenir ataques posteriores o hacer éstos menos severos y frecuentes.

Además, las personas que padecen trastornos de pánico pueden necesitar tratamientos para otros problemas emocionales.

La depresión se asocia frecuentemente con los trastornos de pánico de la misma manera que el abuso del alcohol o de las drogas.

También este padecimiento se da en personas ansiosas y muy estrictas consigo mismas y con los demás

Afortunadamente los problemas asociados con los trastornos de pánico así como éstos mismos, pueden resolverse eficazmente. Por desgracia muchas personas que sufren trastornos de pánico no reciben tratamiento alguno.

¿Qué sucede si no se atiende un trastorno de pánico?

El trastorno causado por pánico puede durar meses o años. Aunque por lo general éste comienza en la pubertad, en algunas personas los síntomas se presentan más tarde en su vida.

Si no se atiende, puede empeorar al punto de que la vida de esa persona se afecte seriamente. De hecho, muchas personas han tenido problemas con sus amistades o con sus familiares o aún en sus trabajos debido al trastorno causado por pánico.

Es posible que se presente cierta mejoría ocasionalmente pero por lo general no desaparece el mal a menos de que la persona reciba los tratamientos adecuados, diseñados para ayudar a quienes padecen trastornos de pánico.

¿Causas del trastorno de pánico?

De acuerdo con una teoría existente sobre trastorno de pánico, el «sistema de alarma» normal de un cuerpo, o sea el conjunto de mecanismos mentales y físicos que le permiten a una persona hacer frente a una amenaza, entra en acción sin que sea necesario o sea cuando no hay peligro.

Los científicos dedicados a esta clase de estudios no han podido saber exactamente cómo sucede o por qué algunas personas son más susceptibles que otras a este problema.

Se ha llegado a determinar que el trastorno de pánico se extiende en la familia, lo que puede sugerir que es congénito o sea que los genes juegan un papel muy decisivo al determinar quién lo va a heredar.

Sin embargo, algunas personas sin antecedentes familiares de este mal llegan a sufrirlo. Frecuentemente los ataques se provocan por una enfermedad física, una seria tensión emocional en la vida o posiblemente por medicamentos que aumentan la actividad de la parte del cerebro responsable de las reacciones de miedo.